¿Alguna vez leíste el libro de Hechos de los Apóstoles y quedaste con la gran curiosidad de saber cómo terminaron las vidas de los apóstoles?
Comenzaremos con Felipe.
Resulta que después de la muerte de Esteban el año 34 d.C., Felipe viajó a Samaria, donde participó en un avivamiento que fue acompañado por señales y grandes milagros. Más tarde cuando los discípulos se dividieron entre ellos el mundo conocido, a Felipe le tocó lo que hoy en día es Turquía y Siria. En esta región él enseñó y plantó muchas iglesias.
Finalmente, llegó a Hierapolis y a Frigia. Los adoradores de ídolos, en ese lugar, no quisieron escuchar el evangelio, a pesar de las señales que Dios hizo en medio de ellos a través de Felipe.
Algunos antiguos historiadores dicen que lo azotaron, encarcelaron y que fue crucificado. Otros historiadores dicen que fue amarrado a un poste y luego lo apedrearon.
Felipe murió en el 51 d.C., convirtiéndose en el segundo apóstol en ser martirizado.
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